Cualquiera que empiece las clases de Tango casi siempre tiene una noción de su música: es una que no deja de pensar y solo quiere saber bailar y bailar bien.
Con un ritmo de alrededor de 120 latidos por minuto, los sonidos típicos de Tango están compuestos por una pequeña orquesta de violín, piano, guitarra, flauta y bandoneón, una especie de concertina que bien puede ser el alma de esta música.
La belleza del tango se basa en la perfecta armonía entre el trío que es su música, sus movimientos y sus bailarines.